Brecha digital
Brecha digital
Es incontrastable que, desde principios del año 2000 hasta la fecha, se cuadriplicó la cantidad de personas con acceso a internet hasta alcanzar a la mitad de la población mundial (Banco Mundial 2020); denotando así que la participación de usuarios online aumenta rápidamente y que el mundo continúa avanzando en la democratización de medios y tecnologías.
Fuente: Cepal
Sin embargo, aún restan 3.500 millones de personas por acceder y sacar provecho de la economía digital, dejando en evidencia que el acceso a la información y las comunicaciones continúa siendo desigual. Dicho fenómeno es conocido como “brecha digital”.
La brecha digital es otra manifestación de inequidad social, más amplia que la mera imposibilidad material de acceso (altos costos o inexistencia de infraestructura), que tiene asidero en la falta de habilidades o alfabetización digital para “sacar mayor provecho” de las TIC´s e integrarse a una sociedad digital en evolución. La evidencia indica que proporcionar infraestructura de vanguardia en comunidades donde la brecha está instalada, no resolverá por sí solo el problema de las habilidades digitales deficientes ni conducirá a una adopción inmediata de tales instalaciones.
Podemos distinguir los factores que inciden en generación de la brecha digital:
Acceso a infraestructura: la dificultad de acceso a equipos, tecnologías digitales y redes son factores determinantes en este fenómeno; pero también lo es la calidad de la conexión en términos de consistencia y velocidad en la transmisión de los datos: si la producción de contenidos de internet requiere conexiones de banda ancha para ser consumidos, los usuarios con conexiones de baja velocidad quedan excluidos (Sorj 2008). Además, la literatura observa una creación permanente de la brecha digital producto de la irrupción frecuente de nuevas tecnologías que frustran los esfuerzos de países con menor nivel de desarrollo por alcanzar a los avanzados. Las investigaciones subrayan la importancia de abordar la brecha digital como un fenómeno dinámico con variables explicativas que van cambiando su nivel de significancia a medida que se introducen mejoras tecnológicas en las sociedades.
Acceso a equipos: dada la existencia de infraestructura para las tecnologías de la información y comunicación, los niveles de renta y el nivel educativo son determinantes en el acceso a internet. Si bien los costos de los equipos ha caído en parte producto de las leyes de Moore y Kryder (ver ficha 12: “Caída del costo de la infraestructura digital”), aún permanecen relativamente altos para amplios sectores poblacionales que no perciben beneficios tangibles que justifiquen la inversión en equipos o paquetes de datos (aún costosos y con baja conexión en sus comunidades).
Competencias: la alfabetización digital es posiblemente la más determinante de todas, dado que su escasez no se resuelve rápidamente con inversión de corto plazo y está íntimamente ligada a los trayectos educativos de las personas. Si bien la posibilidad de estar online expande los horizontes intelectuales y profesionales de las personas, no sustituye las competencias básicas que deben ser incorporadas en la escuela y de ellas depende su potencial efectivo. La alfabetización digital complementa a la alfabetización en libros, pero, en caso de deficiencia del proceso educativo, la desigualdad existente se amplifica y reproduce en el uso de internet.
Fuentes para realizar esta nota:
- Sorj, B. 2008. «The Dimensions of the Digital Divide» https://books.scielo.org/id/cvgxd/pdf/sorj-9788599662489-07.pdf
- CEPAL: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/40528/6/S1601049_es.pdf
- Banco Mundial: https://datos.bancomundial.org/indicator/IT.NET.USER.ZS