Doble pertinencia: con el entorno productivo y social y con los sujetos de atención

Doble pertinencia: con el entorno productivo y social y con los sujetos de atención

Para que la política de formación y apoyo al empleo pueda ser efectivamente el espacio de encuentro entre los requerimientos y las potencialidades del sistema productivo y de quienes producen, entre la demanda y la oferta, no basta sólo con una fotografía del entorno productivo y social ni con la información estandarizada y formalizada que ofrece el perfil objetivo de hombres y mujeres.

Se requiere de la pertinencia simultánea y articulada de los dos pilares del puente de la formación (Ver Enfoque sistémico e integrador del mundo del trabajo y la formación). Sólo así se hará posible que la política de formación sea de calidad y equitativa. Pero también se estará respondiendo a las nuevas tendencias del desarrollo tales como:

  • el desarrollo endógeno sustentable que se propone la potenciación de las capacidades internas de una región o comunidad local de modo que puedan ser utilizadas para fortalecer la sociedad y su economía de adentro hacia fuera y prioriza el desarrollo integral del colectivo y de las personas antes que los aspectos puramente económicos;
  • la economía del conocimiento y el aprendizaje que se basa en la capacidad de innovar y crear valor a través del conocimiento y los recursos intangibles disponibles. El conocimiento se constituye en un factor económico, en un recurso que agrega valor pero su concreción depende de las competencias de personas y organizaciones para aprender y para construir constantemente nuevos conocimientos;
  • la gestión del conocimiento emerge como metodología para la producción de bienes intangibles y para responder a los requerimientos de dicha producción se requiere contar con las personas que portan las competencias y calificaciones sin las cuales este nuevo tipo de bienes no existe. 

Pertinencia con el entorno productivo y social

¿Por qué hablamos de entorno productivo y social para referirnos a la demanda?

Porque la inserción laboral ya no se produce solamente en los sectores productivos conocidos y desde el empleo en la empresa formal sino a través de la micro y pequeña empresa, apelando a estrategias de alianzas y cooperación, de articulación y asociatividad en las que intervienen diversos actores, especialmente a nivel del desarrollo local así como mediante el trabajo autogestivo y en la economía informal.

  • Por ello la pertinencia con la demanda no se resuelve con una fotografía periódica de los requerimientos no satisfechos, de los nuevos saberes que exigen las tecnologías cambiantes o las nuevas ocupaciones, aunque ésta es una primera y básica dimensión.
  • El supuesto de base de la pertinencia con el entorno es que el desenvolvimiento de los sectores productivos está en consonancia con los planes de desarrollo de la política gubernamental a nivel nacional y territorial. Pero, independientemente de los requerimientos actuales e identificados por los sectores, la formación profesional también tiene que tener presente estos lineamientos para el desarrollo anticipatorio de su oferta. Por ello, ser pertinente con la demanda implica también mantener un diálogo técnico con el sector productivo y con informantes claves para unir esfuerzos en pos de identificar tendencias futuras, para contribuir a desarrollar todas las potencialidades de las innovaciones tecnológicas que el sector productivo tiene previsto incorporar así como para definir nuevos perfiles profesionales que, basándose en conocimientos técnicos específicos ya existentes, puedan ser aplicados en otros puestos de trabajo mediante la incorporación de nuevas o más amplias competencias, en definitiva hacer prospección tecnológica.
  • La disminución de la cantidad de empleos disponibles necesita asimismo de procesos de inducción de la demanda mediante la identificación de capacidades productivas locales o de los diversos sujetos que buscan insertarse para desarrollar un bien o un servicio hasta ahora inexistente o añadir valor agregado al que se está ofreciendo - ya sea en términos de singularidad, calidad, atención más precisa o atractiva de las nuevas pautas de consumo o de los intereses y necesidades de potenciales adquirentes, etc.
  • Pero también para ser pertinente con la demanda se debería tener en cuenta simultáneamente al:
    • contexto material u objetivo: tasas de empleo, PIB, sectores en alza y en declive, densidad, tamaño y composición por sexo de las empresas, capacidades productivas locales, innovaciones tecnológicas presentes o previstas, requerimientos en términos de servicios a partir de determinada inversión, etc.
    • contexto cultural o "subjetivo": valores, estereotipos, roles, culturas de la comunidad, del empresariado, de las familias y las instituciones a nivel del territorio, nuevas pautas de consumo y de bienestar social originadas en la mayor participación femenina en la población económicamente activa, en las modificaciones demográficas (mayor incidencia de la población adulta mayor), etc.

Diseñar una oferta pertinente reclama responder eficazmente a múltiples factores y actores provenientes tanto de la política nacional de desarrollo como de los ámbitos sectoriales, económico-financiero, tecnológico, territorial y también social. De ahí la propuesta más amplia de pertinencia con el entorno productivo y social. Esta respuesta implica lectura, fotografía pero también interacción y proactividad. Esto es lo que fundamenta la inclusión en este modelo de referencia de un componente específico para desarrollarla: Articulación y cooperación con el entorno productivo y social.

Pertinencia con los sujetos de atención

En primer término corresponde recordar que en el actual contexto los sujetos de atención de la formación (población-destinataria) pueden ser:

  • individuales: mujeres y hombres, jóvenes que pretenden insertarse en un futuro próximo en el mundo laboral, trabajadoras y trabajadores ocupados y desocupados que buscan mejorar su situación de empleo, rurales o urbanas, etc.,
  • colectivos: empresas de todos los tamaños que requieren formación para su creación, desarrollo y sostenibilidad así como para incrementar su productividad y competitividad; asociaciones, comunidades, organizaciones productivas locales y/o sectoriales, etc.

Para quienes buscan trabajo, la autogestión del propio empleo se torna cada vez con mayor intensidad la alternativa más efectiva y, para quienes procuran un mejor horizonte profesional, la adquisición de nuevas competencias y el aprendizaje permanente es la estrategia a la que tienen que recurrir. En ambos casos, las personas necesitan conocer en profundidad sus potencialidades y frenos, valorizar sus competencias en relación a las oportunidades de inserción que el entorno le brinda e identificar qué les falta y cómo lograrlo.

Las actuales exigencias de competencias personales, comportamentales y técnicas para desempeñarse tanto en trabajos dependientes como independientes y la creciente significación de formas atípicas de relacionamiento laboral (trabajo a domicilio, a tiempo parcial, contratos a término, teletrabajo, etc.) requieren abordar al sujeto de atención en forma integral y, particularmente, fortalecer su protagonismo en el empleo, la formación y la participación comunitaria y ciudadana.

Reconocer que, para el acceso al trabajo así como para la inclusión social, se requiere de un abanico amplio de competencias personales y sociales no implica de ninguna manera responsabilizar o culpabilizar a quienes carecen de ellas y exonerar al sistema y a las políticas socio-económicas de su papel y responsabilidad en la habilitación de oportunidades. Por el contrario, plantea la necesidad de considerar como un conjunto articulado e interdependiente al proceso de ajuste entre las nuevas condiciones y exigencias de la producción, el desarrollo de dichas capacidades y competencias en varones y mujeres y los desafíos y oportunidades que este proceso plantea para conformar un modelo social y económico más sostenible e incluyente.

La formación profesional necesita poner el foco en los sujetos de atención para conocer todos estos aspectos y poder así fortalecerlos como gestores de estrategias de oportunidades. Dicho de otro modo, para ser pertinente con sus sujetos de atención la formación profesional tiene que atender al:

  • perfil objetivo :sexo, raza, etnia, edad, nivel educativo, nivel de ingreso, condición rural o urbana, estado civil, número de hijos, experiencia profesional;
  • perfil subjetivo: creencias, expectativas, motivaciones, frenos y facilitadores para el desarrollo personal y profesional, roles de género internalizados, etc.

La atención a todos estos aspectos es necesaria tanto cuando se trata de sujetos individuales como colectivos (MYPES, comunidades, cooperativas pero también en las grandes empresas para abordar la gestión de sus recursos humanos)

La pertinencia con los sujetos de atención conduce, en el modelo de referencia, a otro criterio conceptual sin el cual no se puede encarar: la perspectiva de género y equidad social. Desde el punto de vista de los componentes remite particularmente a Orientación Laboral y Estrategias Complementarias, responsables del vector del sujeto de atención.