Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2022: Invertir en la transformación de futuros para los jóvenes

La crisis de la COVID‑19 ha exacerbado los numerosos desafíos del mercado de trabajo a los que generalmente se enfrentan los jóvenes. Entre 2019 y 2020, los jóvenes de entre 15 y 24 años de edad experimentaron una pérdida porcentual de empleo mucho mayor que los adultos (definidos como las personas que tienen 25 años o más). Muchos de ellos abandonaron la fuerza de trabajo, o no llegaron a incorporarse a ella, debido a la enorme dificultad de buscar y conseguir un empleo en un momento en el que muchos Gobiernos imponían medidas de cierre y confinamiento y los empleadores sufrían pérdidas masivas de ingresos como consecuencia del cierre de empresas. Además, la fuerte caída de los ingresos familiares y el cambio al aprendizaje a distancia por parte de las instituciones educativas hicieron que la búsqueda de educación y formación fuera más ardua para muchos. En consecuencia, el ya elevado número de jóvenes sin estudios, trabajo ni formación (ninis) aumentó aún más en 2020.
La crisis de la COVID‑19 no solo ha incidido en las perspectivas de empleo de los jóvenes, sino que también ha perturbado la calidad y la cantidad de la educación y la formación. El cierre generalizado de escuelas afectó a más de 1 600 millones de alumnos. La interrupción de la educación puede causar importantes pérdidas de aprendizaje, creando desigualdades tanto intergeneracionales como intrageneracionales. El cierre de escuelas en 2020‑2021 tuvo efectos muy diferentes en los jóvenes, tanto entre los distintos países como dentro de ellos, dependiendo de la capacidad de los países para proporcionar disposiciones eficaces para el aprendizaje a distancia, y de la situación socioeconómica de las familias, que determinó la medida en que los estudiantes podían beneficiarse de esta modalidad de aprendizaje. Las mujeres jóvenes y las niñas fueron a menudo las primeras en ser sacadas de la educación, y las últimas en regresar, lo que probablemente agrave las desigualdades de género en el mercado de trabajo.
La pérdida de competencias básicas de lectura, escritura y aritmética, así como de competencias en otras materias, tiene un impacto directo en todo el aprendizaje futuro de los alumnos y, por tanto, en su preparación para la vida y el trabajo. Además de las pérdidas de aprendizaje que alteran toda la trayectoria educativa, los cierres de escuelas en todo el mundo en 2020‑2021 tuvieron importantes efectos perjudiciales para la nutrición y la salud. La pérdida de logros educativos en los niveles primario y secundario podría poner en peligro la futura matriculación en la educación superior.
En este sentido, puede decirse que la crisis de la COVID‑19 ha disminuido el nivel educativo no solo por su impacto directo en las escuelas, sino también por la pérdida de educación futura, especialmente en los países más pobres. En términos más generales, la crisis ha hecho más difícil la perspectiva de alcanzar muchas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En este informe se abordan estas y otras dimensiones que impactan en el mercado laboral para jóvenes.